Durante la ceremonia inaugural de 1968, el recinto universitario fue escenario de la primera vez que una mujer (Enriqueta Basilio) prendió el perbetero.
Ese mismo día, los especatodres que estaban en el estadio propinaron una cerrada rechifla al presidente Díaz Ordaz cuando se disponía a hacer la declaratoria inaugural de la Olimpiada. El hecho representaba la repulsa social al mandatario por la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas.
Hubo otros momentos memorables en este escenario (como cuando el estadounidense Jim Hines se convirtió en el primer hombre en correr 100 metros planos, o Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce en los 200 metros planos).
El Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, con capacidad de 60 mil espectadores es obra de los arquitectos Augusto Pérez Palacios, Raúl Salinas Moro y Jorge Bravo Jiménez. Se empezó a construir el 7 de agosto de 1950 en una hondonada del Pedregal de San Ángel. Miguel Alemán colocó la primera piedra del que se convertiría uno de los recintos deportivos más importantes del país.
A la belleza del inmueble abona el mural en altorrelieve del policromado de Diego Rivera en la fachada oriente.
Para llevar a cabo la obra, calificada por el autor como la "más importante de mi vida de obrero plástico", el autor contó con el apoyo de 70 obreros, albañiles y canteros, así como con 12 pintores y arquitectos.
La estructura del coloso asemeja un cráter de volcán. La finalidad era crear una representación del Xitle, cuya última erupción acabó con la ciudad prehispánica de Cuicuilco y dejó la estructura mineral que da nombre al Pedregal de San Ángel.
Las puertas del inmueble se abrieron por primera vez el 20 de noviembre de 1952 durante la ceremonia inaugural llamada Dedicación de la Ciudad Universitaria, encabezada por Miguel Alemán. La tarde de ese día el estadio fue sede de los segundos Juegos Juveniles Nacionales.
Hasta ahora, el Estadio Universitario ha sido sede de un Mundial de Futbol (1986) y de dis educuibes (1954 y 1990) de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Otros momentos inolvidables en este hermoso estadio fue el gol que Hugo Sánchez anotó al portero argentino Ricardo Antonio Lavolpe. Era la temporada 79-80, Hugo había perforado la meta del aregntino un año antes con un gol de chilena.
Además de los momentros de gloria, de triunfo, de alegría, el Estadio Olímpico también ha sido escenario de situaciones trágicas. Tal vez la peor de ellas sea la muerte de más de una docena de personas el 26 de mayo de 1985, cuando debido al sobrecupo cientos de aficionados quedaron atorados en el túnel 29, momentos previos a la final del campeonato de ese año entre Pumas y América.
No hay comentarios:
Publicar un comentario