"Más allá de la ley, más allá del honor, más allá de la patria, está la verdad que debe prevalecer por encima de todo."
Justo Sierra Méndez nació en el puerto de Campeche, estado de Campeche, el 26 de enero de 1848. Fue hijo del abogado yucateco don Justo Sierra O'Reilly (1814-1861), enminente jurisconsulto, novelista, historiador y escritor, y de doña Concepción Méndez.
Comienza sus estudios en Campeche, su ciudad Natal, pero luego de traslada a Mérida a continuarlos. A la muerte de su padre en 1861 y siendo todavía un adolescente, su tio lo manda a estudiar en la ciudad de México. De Mérida se llevo entre sus ropas y papeles, pequeños poemas que más adelante iba a incorporar en sus cuentos. Uno de esos pequeños poemas era "La playera", con el que se presentó en una de las Veladas Literarias de Ignacio Manuel Altamirano.
Desempeñó importantes puestos políticos, fue diputado al Congreso de la Unión, Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, Subsecretario de Instrucción Pública y Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes de 1905 a 1911, años claves para la cultura y la filosofía en México, ya que en 1910 participó en la fundación de la Universidad Nacional. Nombrado Ministro plenipotenciario en España, falleció en Madrid en el año de 1912.
Literato, historiador y periodista así como poseedor de un pensamiento filosófico que llevó a la práctica, su obra es sumamente amplia. En ella se reúnen artículos de periodismo, ensayos literarios, estudios de historia así como también páginas en donde expone su orientación positivista y las distintas posiciones que adoptó en relación al pensamiento filosófico de Comte, Spencer y Stuart Mill. Darwinista convencido, Sierra terminó en una posición escéptica en relación al cientificismo positivista. Maestro de los ateneistas, fue promotor y guía de la inquietud innovadora que los caracterizó.
Poco antes del triunfo de la Revolución renunció don Justo Sierra Méndez al ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, y fue sustituido por Jorge Vera Estañol; dos años después, don Francisco I. Madero lo nombró Ministro Plenipotenciario de México en España. Murió poco después en Madrid, el 13 de septiembre de 1912. Su cadáver fue traído a México en el trasatlántico España, habiendo sido homenajeado en todo el trayecto y sepultado finalmente con los más grandes honores públicos de su tiempo. En 1948, en el centenario de su nacimiento, a iniciativa de la Universidad de la Habana, la UNAM, junto con otras universidades del continente, lo declaró Maestro de las Américas, se editaron sus obras completas en 15 tomos y sus restos fueron trasladados del Panteón Francés a la hoy Rotonda de las Personas Ilustres. Fue precisamente a iniciativa de don Justo Sierra Méndez, que se creó en 1880, la Rotonda de los Hombres Ilustres. Por decreto presidencial, el 26 de mayo de 1999 su nombre se inscribió con letras de oro en el muro de honor del Palacio Legislativo de San Lázaro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario